Me equivoco luego existo

por arqueofonias

(…) No fue hasta mucho más tarde que finalmente pudieron cocinar el pan.  Hoy es difícil creer que en aquel lugar una vez existió una panadería que alimentaba toda Catalunya en los tiempos más complicados, pero si nos fijamos en los pequeños agujeros que aún perduran al fondo de la pared oeste es posible percibir que ese diseño es de un horno.  (…) Buscando entre las paredes y su historia estas narraciones nos llevan a escarbar y redescubrir lo que hay detrás de este espacio.